Una mascota para mis hijos, ¿por qué SÍ?

Una mascota para mis hijos, ¿por qué SÍ?

¿Una mascota para mis hijos? Casi todos los niños o niñas, alguna vez en su vida, nos “vienen” con la frase “Papi, quiero una mascota” o “Mamá, quiero que los Reyes me traigan un animalito”. En este instante, nos planteamos si es el momento de dar el paso con nuestro pequeño: ¿Merecerá la pena? En Gwana Vet repasamos las ventajas de la relación niño/animales, que van más allá de la mera diversión.

Antes de nada, se debe tener en cuenta que no todos los animales se ajustan a todas las personalidades, por lo que debemos ser cuidadosos a la hora de elegir el compañero más adecuado para nuestro hijo. También tendremos en cuenta la edad del niño o niña, ya que las tareas que va a poder desempeñar también serán diferentes. Aunque la mayoría de estudios hablan principalmente de la tenencia de perros y gatos, los animales exóticos se ajustan a la perfección a las ventajas que vamos a comentar. Los niños han demostrado tener una gran sensibilidad y acogerán a su mascota, sea de la especie que sea, como uno más de la familia.

Debemos informarnos y planificar antes de adquirir cualquier animal: qué come, dónde vive, si tenemos tiempo y espacio suficientes para atenderlo adecuadamente… etc. Siempre debemos apoyar una tenencia responsable, tanto a la hora de adquirir a nuestro animal como durante toda su vida a nuestro lado ¡nos beneficia a todos!

Una vez informados debidamente y bajo la supervisión de un veterinario especialista en animales exóticos, podemos pasar a disfrutar de todas las ventajas que supone el tener un animalito en una familia:

 

¡Animales exóticos por compañeros!

La primera ventaja clara es la compañía que supone el tener una mascota; es un compañero de juegos y mucho más:

  • Potencia las habilidades motrices del niño, ya que el juego es un método idóneo para el desarrollo físico de los niños, tomando confianza y perfeccionando sus habilidades, junto a su animal. Esto tiene especial importancia en aquellas especies que sean más activas, como son los pequeños mamíferos (conejos, cobayas, chinchillas…)
  • También supone un soporte para su desarrollo psicológico. Crecer junto a un animal, sea de la especie que sea, supone el tener un confidente que no juzgará a su dueño. Los niños con mascotas son, en gran medida, más seguros de sí mismos. Por ejemplo: ¿tu hijo tiene problemas al aprender a leer?, si lee en alto a su mascota, se sentirá más tranquilo y predispuesto. Al mismo tiempo, establecerá un vínculo con su animal, y éste se sentirá querido y atendido. Otro ejemplo: ¡A todas las mascotas les gusta la música! Si tu hijo/a está aprendiendo a tocar un instrumento, tendrá a su mayor fan apoyándolo en las horas de estudio.

 

Más resistencia

Con respaldo en numerosos estudios científicos, se sabe con certeza que los niños que conviven con mascotas en su día a día tienen menor predisposición a desarrollar alergias y enfermedades respiratorias, ya que se vuelven resistentes a numerosos elementos que de otra manera podrían resultar dañinos. Esta resistencia se extiende también a una menor proporción de días de enfermedad al año. Por tanto, un animal es un importante refuerzo inmunológico para el niño.

Sin embargo, debemos recordar que algunas especies de mascotas exóticas son portadoras de zoonosis, es decir, enfermedades transmisibles entre animales y humanos. Por ello reforzamos la importancia de elegir adecuadamente a nuestra mascota. Para prevenirlas, es muy importante que acostumbremos a toda la familia a guardar medidas de higiene estrictas, como es lavarse las manos cuidadosamente después de tocar a su mascota o a cualquier otro animal.

 

Sociabilidad y conciencia

No todo son juegos para nuestro animalito, ni tampoco para nuestro hijo o hija. La convivencia con un animal juega un papel importantísimo en esto: de la relación con la mascota el niño aprende valores como son la amistad, el cariño o el amor, que luego reproducirá con otros niños y adultos. También, por otra parte, se desarrollan los conceptos de propiedad, intimidad, y responsabilidad; el niño tendrá que ser consciente de que su amiguito no es un peluche, es un ser vivo al que hay que cuidar adecuadamente, y que tiene su espacio propio. Por último, y muy importante: los niños con mascotas han demostrado ser, en proporción, más respetuosos con personas y animales. De hecho, se ha demostrado en varios estudios desde hace muchos años (estas relaciones se llevan estudiando desde los años 70) que el hecho de tener mascota tiene un efecto positivo en el desarrollo de la empatía en los niños.

A medida que crezcan juntos, establecerán una relación muy fuerte y especial. Podremos ir adaptando las responsabilidades del niño a su edad y las características del animal. Por ejemplo: los más peques podrán ayudar a cambiar el agua del animal, mientras que niños algo más mayores podrán por ejemplo ayudar con la higiene y cepillado, y los más mayores podrán implicarse en la limpieza de la jaula.

Las ventajas del vínculo entre niños y mascotas son interminables, aquí hemos expuesto las más importantes para nuestros pequeños. Recordamos que, sea de la especie que sea nuestra mascota, siempre es recomendable consultar a un veterinario especialista sobre cuál es la mejor opción para cada familia, además de ser conscientes de los sacrificios que suponen tanto por los gastos y exigencias de su cuidado, como las revisiones veterinarias necesarias, así como por las restricciones legales de tenencia de animales según las condiciones de vivienda de cada familia.

Por tanto, a la pregunta inicial ¿Una mascota para mis hijos?, la respuesta corta es SÍ… pero con suficientes elementos de juicio. Informarse bien y consultar las dudas es siempre la mejor opción.

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