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Tu veterinario de Tortugas

Las tortugas están entre los animales exóticos más populares y presentes en nuestro imaginario. Suelen tener un comportamiento solitario y, sin embargo, con suficiente tacto y paciencia, pueden llegar a crear un verdadero vínculo con su dueño. Dar de comer a una tortuga puede suponer un auténtico espectáculo…

Tu veterinario de Tortugas

¿Qué son las tortugas?

Las tortugas terrestres son reptiles pertenecientes al orden de los Testudines (quelonios), cuya principal característica es la presencia de un gran caparazón. Esta protección, en realidad, no es un exoesqueleto como muchos creen, sino una caja torácica modificada que forma parte de su columna vertebral. Los quelonios (tortugas y galápagos) engloban más de 260 especies y todavía se están describiendo algunas nuevas hoy día. Como ocurre con todos los reptiles, son animales ectotérmicos ya que su temperatura corporal depende de la temperatura ambiente. Las tortugas están entre los animales exóticos más presentes en nuestro imaginario, tanto en adultos como en los niños. Su asociación a animales lentos, sabios y caricaturescos hacen de ellas una de las mascotas más queridas. Algunas de las más frecuentes en nuestras casas son, entre otras, la tortuga griega (Testudo marginata), la tortuga estrellada (Geochelone elegans) o la tortuga leopardo (Stigmochelys pardalis). Estos animales suelen tener un comportamiento solitario y, sin embargo, con suficiente tacto y paciencia, pueden llegar a crear un verdadero vínculo con su dueño: disfrutar del manejo, desear la hora de la comida e interactuar de otras muchas maneras que en Gwana Vet os podremos enseñar.


¿Estás pensando en comprar una tortuga?

Si estás pensando en adoptar o comprar una tortuga por vez primera, es importante que te lo plantees como un proyecto cuidadosamente planificado. Es fundamental que te documentes bien y busques información contrastada. Un buen veterinario especialista en tortugas puede ayudarte a resolver las principales dudas. Muchas especies están amenazadas en estado salvaje debido a su captura para el comercio. Recuerda que Gwana Vet sólo promueve la compra proveniente de cría en cautividad, nunca de poblaciones salvajes. Cuando se piensa en comprar una tortuga, se ha de tener claro que son especies muy longevas (>25 años), además de alcanzar un tamaño y peso muy considerables según la especie. La mayoría van a requerir mucho espacio y adaptaciones en su terrario cuando son pequeñas, como zonas de temperatura elevada y controlada, de mayor humedad, o con sustrato o tierra para que puedan llevar una vida normal. Así como algunas especies se adaptan bien a un terrario mediano-grande, otras necesitarán todo un jardín y mucha luz solar para poder desarrollarse. Mantener una tortuga pequeña puede ser caro, pero una tortuga grande puede suponer un desembolso económico que no todo el mundo prevé, ya que llegan a consumir mucha verdura fresca, y el mantenimiento de su instalación o jardín puede ser pesado. Ademas, si es de las que no hibernan, el gasto energético para mantenerlas calientes es alto. Si no estás seguro de poder llevar la carga de una rutina diaria en los cuidados de una tortuga grande, no va a ser la mejor mascota para ti ya que, ante todo, debe prevalecer la tenencia responsable de animales exóticos. Si por el contrario disfrutas viendo crecer y desarrollarse a estas magníficas y ancestrales criaturas, el orgullo que se puede sentir por ser capaz de cuidarla correctamente es una experiencia muy gratificante.


Cuidados de las tortugas

Es importante no apartarse de los principios básicos respecto a los cuidados de las tortugas. Las condiciones especiales de cada especie suponen un control diario para comprobar que están bien, revisar sus terrarios e instalaciones, que normalmente incluyen una zona termorregulada (bombilla cerámica, luz ultravioleta, calefactor…), conseguir comida fresca y para su limpieza e higiene, ya que requieren bastante sustrato (tierra, nunca corteza o fibra de coco), tanto para que puedan caminar cómodas como para refugiarse. Un aspecto primario en los cuidados de las tortugas tiene que ver con la adquisición y una correcta puesta a punto de toda la instalación antes de la llegada de la tortuga a casa. La radiación ultravioleta es siempre necesaria para el crecimiento de las tortugas: deberían poder disfrutar de la luz solar directa al aire libre (sin urnas de cristal) en una instalación controlada o bien disponer en el interior de un foco de luz UV para asegurarnos de que sintetizan bien la vitamina D para metabolizar el calcio (no sirve ponerlas detrás de un cristal para que reciban luz solar). La mayoría de las especies de tortugas disfrutan y necesitan de un baño de agua cada cierto tiempo pero a su antojo, sin forzar una rutina. Esto les ayudará a hidratarse y defecar con mayor facilidad. Dar de comer a una tortuga es siempre un espectáculo: ansiosas y con un apetito sin fin, disfrutan de ese momento con verdadera jovialidad. Hacer de ellas mascotas felices significará no caer en la rutina (a pesar de que necesiten una mano ordenada) y ofrecerles variedad de verduras y plantas silvestres. También necesitan tranquilidad en su instalación, sin constantes manipulaciones. Como todos los reptiles, las tortugas son portadoras de salmonella, por lo que deberás adoptar una rutina de higiene constante, más aún si hay niños.


Consulta a tu veterinario de tortugas

Lo más recomendable es una primera visita al veterinario especialista en tortugas cuando adquirimos nuestro animal, para asegurarnos de que está sano, además de recibir los mejores consejos para su cuidado. Encontrar a tu tortuga inapetente o anoréxica no siempre está relacionado con un proceso de hibernación. La mayoría de patologías responden con una falta de apetito, por lo que es uno de los primeros síntomas que deberías tratar de detectar. Las tortugas son propensas a desarrollar afecciones respiratorias, muchas veces difíciles de apreciar, que se manifiestan mediante un leve ronquido y dificultad respiratoria, con la boca abierta o sacando con esfuerzo la cabeza del caparazón tratando de estirar el cuello. Nunca mediques a tus tortugas por ti mismo, dado que hay síntomas que pueden confundirse, con resultados fatales. Ante la menor señal de una dificultad respiratoria, o una simple duda, es muy importante llevarla a tu veterinario de tortugas. Otras enfermedades, derivadas de un manejo inadecuado, son las deformidades en el caparazón, consecuencia habitual de no recibir suficiente radiación ultravioleta. Debemos fijarnos muy bien en posibles lesiones del caparazón y del plastrón (zona ventral), ya que cicatrices mal curadas pueden infectarse con facilidad y suponer un problema crónico difícil de resolver. Una correcta alimentación (no necesita incluir aportes de vitaminas y calcio) y una buena instalación nos ahorrarán visitas innecesarias al veterinario de exóticos, las cuales reservaremos para los chequeos anuales rutinarios, como análisis de heces para descartar parásitos internos, así como controlar las condiciones del terrario en función de la especie y situación fisiológica del animal en ese momento. Por último, hay que recordar que las tortugas pueden ser atacadas por perros, gatos y pájaros, por lo que deberán quedar a salvo de estas situaciones. En Gwana Vet tenemos mucha experiencia en traumatología y cuidados de las tortugas, disponiendo de las mejores técnicas de diagnóstico a disposición de tu pequeña acorazada, incluyendo el sexado mediante endoscopia.